Hace unos 4.500 millones de años, cuando el Sistema Solar todavía era poco más que un proyecto por realizar, un enorme objeto del tamaño de Marte chocó contra la Tierra. Una de las teorías predominantes dice que se trataba de un planeta, bautizado como Theia, que impactó de forma violentísima. Del impacto salió disparada hacia el espacio una gran cantidad de escombros que, finalmente, terminaron unidos formando la Luna, la que ahora contemplamos en el cielo. Esta es la historia más aceptada de los orígenes de nuestro satélite natural, una historia a la que un equipo de científicos de la Universidad de Chicago ha puesto un nuevo «pero». Los investigadores han analizado la composición isotópica de la Tierra y la Luna y han descubierto que es muy parecida, demasiado parecida. Tanto que ni siquiera han encontrado restos del segundo objeto en colisión. La investigación, que aparece publicada en la revista Nature Geoscience, suscita más preguntas que respuestas. ¿Es que no hubo ningún choque? Entonces, ¿cómo se formó la Luna?…
Sin rastro de Theia, el planeta perdido
27 martes Mar 2012